El especialista en internet Juan F. Marcelo, coautor junto a Eva Martín del libro Protege a tus hijos de los riesgos de internet y otras tecnologías asegura que revisar los informes o alertas que indican a los padres los contenidos que ha estado viendo su hijo en internet, no es "ningún tipo de vulneración de la intimidad del niño".
En este sentido, señaló, en una entrevista a Europa Press, que "no es vulnerar la intimidad" al igual que tampoco lo es "ver las notas de los profesores o atender a un vecino que dice que tu hijo ha hablado con un desconocido". "Tenemos que tener claro qué es más importante, más valioso, la seguridad y la vida de un hijo o su intimidad", afirma. Por ello, en su libro, los autores tratan de explicar de forma sencilla cómo funcionan algunas herramientas y una de las recomendaciones que hacen es establecer en el ordenador para los menores de la casa "un usuario que no tenga derechos plenos", aunque Marcelo asegura que "cualquier medida de seguridad de un libro no tiene el valor del diálogo entre padres e hijos".
"Se lo explicamos al niño, le decimos que es mucho más seguro que navegue así y convertimos un proceso necesario en un proceso además educativo". No obstante, según apuntó, los sistemas de control parental, como un filtro de contenidos, son "grandes desconocidos" para los españoles que, a su juicio, "si supieran que están incluidos en Windows y que con dos minutos van a poder tener un ordenador seguro, los pondrían en marcha".
Estas limitaciones de acceso a la red en casa pueden ocasionar "que el chaval acabe en casa de un amigo o en un cibercafé", pero, tal y como explica Marcelo, esto es igual que "si se prohíbe al hijo inyectarse heroína en el baño de casa". "No quiere decir que no vaya a ir a casa del amigo a hacerlo, pero tampoco quiere decir que no recomendemos a nuestros hijos que no consuman drogas", añade. Por otro lado, Marcelo asegura que las redes sociales tienen "muchísimos peligros de cara a los menores" pues "son empresas que quieren forrarse muy rápido a costa de lo que sea". Así, recomienda que el padre que tenga que decidir cuándo dejar a su hijo registrarse en una red social, tome la decisión "informado", ya que, tal y como destaca, "los abusadores sexuales tienen un terreno abonado, bufé libre".
"En este preciso instante estadísticamente hay un chico de 13 años al que una niña de los mismos años le está pidiendo una foto, y se la va a enviar, y más tarde otras cosas, porque no sabe que esa muchachita es un camionero polaco o rumano", indica.
En el manual contemplan que "lo más adecuado" es "implicar a los hermanos mayores en la seguridad de los pequeños", de forma que toda la familia forme parte de la misma red social. Incluso recomiendan que si un hijo pequeño insiste en registrarse, se le deje con la condición de que añada a los padres como amigos, pero no que el padre se haga pasar por un amigo, lo que tachan de "solución desesperada y parte del problema". Asimismo, Marcelo remarcó que las redes sociales son también una fuente para los ladrones. "Nos contaban el otro día que habían robado en una casa donde el niño era un fanático de las redes sociales, compartía fotos de su tele y del nuevo coche de su padre y para colmo, dice que durante 15 días se van de vacaciones".
También hay otros peligros que amenazan a un menor en la web como los contenidos poco adecuados para su edad. En este sentido, Marcelo apunta que un niño puede encontrar "desde el cuento de Caperucita hasta los planos para fabricar una bomba, pasando por cómo hacerse un piercing o cómo provocarse el vómito".
Además, destaca que los menores pueden ser peligrosos para sí mismos. "Todos los días asistimos a historias de menores que acosan a menores llevándoles en algunos casos a la desesperación y al suicidio", indica. Asimismo, señala que "por falta de experiencia o de una adecuada guía por parte de sus padres, puede cometer delitos porque no sabe que lo son".
Por último, los autores remarcan en el manual los peligros de los móviles, centrándose en cómo afectan a la salud de los menores y también en algunas "costumbres peligrosas". Entre estas, se encuentra la de llevar el bluetooth abierto, lo que "permite que cualquier hacker te vacíe la información en cualquier momento, las fotos, direcciones y teléfonos, comprometiendo la seguridad de mucha gente".
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