Prácticamente todos nuestros jóvenes están ya conectados a Internet y muchos de ellos son habituales de las redes sociales, los juegos online o los sistemas de mensajería instantánea. En ocasiones esto se traduce en que los menores duermen cada noche entre 2 y 3 horas menos que hace diez años y, en consecuencia, desciende su rendimiento escolar.
Otra consecuencia es que cada vez están más expuestos a los cibercriminales de la Red.
"Les ponemos el cinturón de seguridad cuando vamos de viaje, les enseñamos a cruzar la calle y cuidamos que no tengan accidentes domésticos en la cocina; sin embargo hay peligros que por menos evidentes pasan desapercibidos para muchos padres y, desafortunadamente, Internet es quizás el mejor ejemplo", afirmó Jorge de Miguel, Country Manager de G Data Software en España.
Por ello, cada vez resulta más imprescindible educar (en casa y en la escuela) sobre el uso responsable de Internet y muy recomendable la supervisión online de los propios padres a través del control parental.
Diez consejos para que los padres supervisen la navegación de los menores:
--Utilice el control parental. Es una manera fácil y sencilla de supervisar el uso de Internet por parte de los menores. Está incluido en muchos de los paquetes de seguridad antivirus del mercado.
--Fije unos horarios racionales de uso de Internet para sus hijos
--No todo es lo que parece. Ninguna información, anuncio, etcétera tiene que ser cierta sólo porque aparezca en la pantalla del ordenador. Hágaselo saber a los más pequeños.
--Enseñe a sus hijos a identificar correos electrónicos que contengan spam --anuncios y correo no deseado--, phising (estafas bancarias) y estafas online --premios suculentos, peticiones de ayuda a cambio de importantes sumas de dinero, regalos de desconocidos-- y a desconfiar de aquellos "amigos digitales" que no conocen en el mundo real.
--Advierta a sus hijos de la importancia de dar datos personales a terceros y ayúdeles a pensar dos veces la conveniencia de compartir fotos en la Red.
--Comparta con sus hijos esta regla de oro: si hay algo que no quiere que sea público, no lo "suba" nunca a Internet.
--Ayude a sus hijos a manejar los niveles de privacidad de las redes sociales en las que participa, juegos online, chats, etc.
--Enseñe a sus hijos a utilizar contraseñas seguras (esto es, alfanuméricas). Es importante no utilizar información personal y no usar aplicaciones que requieran contraseñas en ordenadores públicos (cibercafés, hoteles o bibliotecas, por ejemplo).
--Si los niños son muy pequeños, situar el ordenador en el salón y no en su dormitorio ayuda a supervisar el uso que hacen de Internet de forma muy sencilla.
Fuente: Europa Press
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