Las redes sociales han supuesto, en escasos años, una revolución en la forma de comunicarse de los jóvenes y adolescentes. Pero por apatía, desinterés o desconocimiento, lo cierto es que muy pocos padres controlan la actividad de sus hijos, aunque sean de corta edad, en estas comunidades digitales. Sólo seis de cada diez progenitores conocen que sus vástagos tienen un perfil en una red social de Internet. Es decir, que tienen su página de usuario donde ofrecen información sobre su edad, colegio, lugar de residencia, teléfonos de contacto y otros datos personales, además de comentarios, imágenes y vídeos. Aún así, los padres que lo conocen, no están al tanto de que los jóvenes facilitan más datos personales en estas redes de lo que creen.
Un 92% de los jóvenes usa las redes sociales para charlar con sus amigos prácticamente a diario o para el envío de mensajes, fundamentalmente, pero un 40% de los padres tampoco sabe que sus hijos son usuarios de estas comunidades. A ello se une que casi el 70% de los jóvenes opina que sus progenitores no controlan ni supervisan lo que hacen en las comunidades digitales, frente al 38% de los padres que afirma supervisarlas siempre o casi siempre. Y hay más: más de de la mitad de los jóvenes entrevistados consideran que sus padres tampoco supervisan lo que hacen en Internet. Cuando se ha producido alguna situación complicada, si bien muy poco frecuente, menos de la mitad de los padres han sido conocedoras de ella.
Ofrecen datos personales
Son algunos de los datos del estudio de la Fundación Pfizer sobre 'La juventud y las redes sociales en Internet', un informe que ha elaborado a partir de una encuesta a mil chicos y chicas de entre 11 y 20 años de edad, de diferentes rangos socioeconómicos, complementada con otra estadística entre los mil padres y madres de los jóvenes encuestados, con una edad media entre los 42 y los 46 años.
Casi el 81% de los jóvenes encuestados afirman disponer de perfil propio en una o varias redes sociales y admiten que proporcionan datos personales. Las más utilizadas son Tuenti, Messenger, Facebook y Youtube. Un dato llamativo del estudio es que sólo 37 de los mil jóvenes entrevistados opinan de forma negativa sobre las redes sociales. El colectivo juvenil arguye que los tipos de controles que ejercen sus padres con mayor frecuencia son la mera observación de lo que escribe o hace y mirar o acceder a las páginas visitadas. A su juicio, las 'normas' que establecen sus progenitores están relacionadas con el tiempo de conexión y el tipo de información que puedan compartir, pero no consideran que ninguna se ejerza de forma mayoritaria.
Pero lo cierto es que, en cuanto al tipo de comunicaciones que se mantienen en estas redes, los datos revelan un significativo desconocimiento de los padres, ya que sólo la mitad conoce la participación real de sus hijos en páginas de amigos o blogs. La situación se repite en el control de las páginas que se visitan en Internet. Sólo un 40% de los progenitores reconoce que lo hace.
Así lo ven ellos
El prisma de las actividades en las redes cambia según se trate del punto de vista de los padres o de los jóvenes. Así, los primeros creen que sus hijos pueden mantener una media de 36 contactos, cuando los propios hijos los elevan a 116. Del estudio se desprende, asimismo, que la mayoría de los jóvenes utiliza el ordenador en su habitación, lejos de la supervisión de los padres. Hasta el 60% de los más jóvenes navega solo, incluso los más pequeños.
La brecha digital entre padres e hijos respecto a las nuevas tecnologías es evidente. Hay casi un 30% de los primeros que no usa internet y el 62% nunca han tenido contacto con las redes sociales. La brecha generacional se cifra en 27 puntos entre padres e hijos en nivel de uso de la red de redes y también se aprecian diferencias de hasta un 14% en el uso a diario de Internet. En el uso diario de las redes sociales esta diferencia se eleva hasta el 40%.
Fuente:
Diario Sur